8 - 3 - 2015 / PEÑA CABRERA (CABRANES)

Después de la lluvia, el frío y la nieve de las anteriores salidas, amaneció un día espléndido: cielo azul, el verde de los prados con el hielo que la noche había depositado, y luz, mucha luz....

Directamente nos dirigimos a Santolaya, capital del Concejo. Era día de mercado y distintos puestos estaban montando sus mercancías de productos de la huerta, artesanos, ropa, juguetes.... Tiene una ubicación orientada al sur, con vistas al Aramo. Aquí dejamos los coches y comenzamos la ruta.

A través de una pista hormigonada y pendiente se llega  a Argamia, último caserío antes de adentrarnos en el bosque de Picu Moru; El andadero es precioso, y la sombra la agradecemos cuando el sol empieza a calentar. A continuación descendemos un poco hasta llegar a la zona de cuatro caminos, donde la senda llanea mas y nos permite unas vistas preciosas del valle...

Hay momentos que el camino transcurre paralelo a la cordillera y al mar: así se nos presenta todo el Cantábrico a nuestra derecha, mientras que a la izquierda, la nieve perfila los picos de Europa, Peñamayor, Peñarueda y el Aramo.

Y casi sin enterarnos, fuimos cruzando tierras con cabañas, y llegamos al área recreativa de Peña Cabrera, con los Picos a nuestro alcance, y Villaviciosa también... ¡Precioso!

Después de disfrutar del lugar, y tomar el "pinchu, iniciamos el descenso por una pista hormigonada a través de la cual pudimos contemplar las colinas que a distintos niveles, estaban cubiertas por bosques de gran valor ecológico. Pasamos por el pueblo de Niao, cuidado, con unos hórreos estupendos y  buenas tallas, algunas casas preciosas, y gentes agradables con los que pudimos intercambiar alguna frase...(incluso nos ofrecieron naranjas del árbol)

Y llegamos a Viñón. Aquí tuvimos la oportunidad de conocer el museo de la escuela rural, que tantos recuerdos nos trajo de nuestra infancia: pupitres, tinteros en las mesas de porcelana blanca, el mapa físico y político, el cuadro de Franco, las labores para las niñas, las enciclopedias Álvarez con sus niveles, el Rayas....

No pudimos sin embrago visitar la Iglesia románica de San Julián (S. XII) que se encontraba cerrada y que lamentamos...

Y a través de una senda fluvial del río Viacaba, llegamos por este camino tan agradable, a recoger nuestros coches a Santolaya.

La comida la hicimos en Selorio, donde nuestros amigos Carmen Y Chema, nos abrieron sus puertas, y pasamos el resto de la tarde, colándose el sol a través del porche, hasta bien entrada la tarde, y que desde aquí queremos agradecer...

 

Por la ruta El grupo Peña Cabrera
Iniciando el descenso Villaviciosa y el mar Museo de la escuela rural
 
San Julián de Viñón

senda fluvial

En Selorio con Carmen Y Chema